Monday, May 14, 2007

Como si de una peli

Yo me troncho, y si no lean esto:
http://meneame.net/story/catolicismo-no-llego-imposicion-pueblos-originarios-america

Esto del descubirmiento fue más o menos así:

- Oye, que somos españoles y cristianos ¿os mola?
- Sí vamos, un montón. Te cambio a mis treinta y cinco dioses por tu cruz súper chula que llevas en el cuello y un espejito de esos tan molones con los que nos deslumbráis.
- ¿Y eso?
- Pues nada, lo de los dioses porque estamos hasta los huevos de no acrodarnos a quién toca rezar cada día, y además los tenemos repetidos, porque de la fertilidad hay unos cuantos, y cuando se cabrean lo hacen todos de golpe. Mejor uno sólo que los aglutine a todos.
- Pero no es uno. Es uno que son tres.
- Bueno, más vale tres que treinta y cinco. Además, nuestros ídolos son de piedra y para llevar al cuello mal porque nos da dolores y cosas.
- Entonces ¿preferís llevar la cruz?
- Toma claro.
- ¿Y los espejos?
- Es que hasta que habéis llegado vosotros no teníamos ni puta idea de la pinta que teníamos, y así no se nos olvida.
- Pues también es verdad.

Altooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!

Joder, esto no se lo cree nadie. A mí también me gustaría ser un iluminado para saber interpretar la Historia tan bien oiga. A mí denme cosas cotidianas, de todo eso tan normal que pasa en nuestro paísssss: como que alguien paga 6000 euros por un balcón en Valladolid para ver el concierto de la cantante esa que encarcelan pero sueltan y que ya nadie sabe qué pasa.

Todo esto es súper lógico. Ojalá yo fuera normal como ellos y no un tontolava que curra diez horas al día por un sueldo que a algunos ministros no les daría ni para invitar al café de la mañana.

Friday, May 04, 2007

Mi cotorra

Mi cotorra era un animal de mediana estatura, para ser un pájaro. Era verde, roja, amarilla, negra... Tenía un montón de colores, era bonita.
...
...
...
...
...
...
...
Era un animal del averno. Ni el mismo Cerbero se habría atrevido con tanto. La habría dejado pasar y le habría dado la llave.
Sus gritos eran como un alfiler taladrando el tímpano, y hay que tener en cuenta que sólo gritaba cuando nos veía a mi padre o a mí, durante horas seguidas si hacía falta, y sin coger aire para respirar.
Inflaba sus pulmones de ballena los sábados y domingos a las 8 de la mañana para despertarme.
Pero se acabó. Después de doce años de sodomía ornitológica la hemos llevado a un centro que hay en La Rioja con un montón de pájaros, y animales de todo tipo y calaña.
LA aventura fue memorable en sí misma. Yo no cabía en mí de gozo durante el viaje mientras el pájaro se preguntaba dónde coño íbamos.
En el centro aquel había más de su especie, era una locura de gritos sin límites. Un loro empezó a perseguirme haciéndome vuelos rasos y mordiéndome el pantalón obligándome a llevarlo a rastras. Otro pájaro silbaba La Cucaracha todo contento y un emú se paseaba a sus anchas.
Pero se quedó allí.
Ahora dormimos.
El canario canta feliz.
Volvemos a vivir, Cerbero ha recuperado sus llaves y el averno se regocija.
Gracias al cielo y a los centros de acogida de aves.